Ana María Janer, Sierva de Dios

sábado, agosto 12, 2006

...Procuraré y practicaré, Dios mío, las virtudes religiosas; el silencio, la caridad para con mis hermanas, el sacrificio, la puntualidad, la santa pobreza; seré casta como un ángel, daré a Dios mi libertad, todo mi ser...
Momentos como la etapa previa a la fundación reflejan la vivencia real de la consagración de la Madre: su disponibilidad, fruto de un corazón lo suficientemente libre como para dar una respuesta de generosidad a una necesidad de la Iglesia. Es el Señor quien la llama. Y la Madre responde, sin ligereza, sino confrontándolo con Aquél que es su Dueño y Señor. La Madre demuestra con su actitud la libertad de corazón que solo puede dar el abandonarse en las manos de Dios y el dejarse transformar por Él. Su respuesta fue generosidad, fiel al “plan que le iba trazando la Providencia”: Nosotras amamos a la Iglesia más que a nuestras propias vidas –decía ella-, Iglesia que es el Señor mismo, su Cuerpo Santo.
29 de junio de 1859
“Definitivamente la Madre Janer debía ausentarse de su nido, la Casa de Misericordia de Cervera, para ir a realizar los compromisos contraídos. Debía la inteligente, al par que dócil Madre, dar cumplimiento a los planes divinos; era el momento de emprender la obra a la que el Prelado de Urgel la llamó. No ya una Casa, sino una Congregación era la que había de fundar según el plan divino.” (JOI pág. 53)

“El Instituto de HERMANAS DE LA SAGRADA FAMILIA DE URGEL fue fundado el 29 de junio de 1859 en Seo de Urgel –España-, como fruto del carisma otorgado por Dios a ANA MARÍA JANER ANGLARILL al dar respuesta a un servicio de caridad bajo la solicitud pastoral del Obispo José Caixal Estradé...” (Const. 1)
“El Obispo de Urgel...que conocía la heroica caridad de la Madre Ana María en el campo de batalla durante la guerra carlista, le pide que se haga cargo del Hospital de Seo de Urgel. La Madre responde a su llamada y el 29 de junio de 1859 se establece allí una pequeña comunidad. El 24 de abril el Obispo concede la aprobación diocesana a la Regla de vida que le presentó la Madre Janer a su llegada a la ciudad. La Providencia depara las primeras novicias y el Instituto nace para la Iglesia...” (Dir. Gral. 1)
“Como Instituto religioso apostólico, su fin es seguir más de cerca de Jesucristo para alcanzar la perfección de la caridad en el servicio del Reino. Para esto sus miembros se consagran a Dios mediante los votos de castidad, pobreza y obediencia vividos en comunidad, según estas Constituciones.” (Const. 2)

“Amen la Caridad y la Santa Pobreza; todo por Dios.”
Cuide bien a esas Hermanas y a los pobres, que Dios está en cada uno de ellos.”
“No hay nada más hermoso que el descansar en brazos de la obediencia.”